El Palacio Imperial de Tokio es una joya arquitectónica y cultural que no puedes perderte durante tu visita a la capital japonesa. Situado en los terrenos del antiguo castillo de Edo, el palacio es la residencia oficial del emperador japonés y está rodeado de un inmenso foso flanqueado por enormes muros de piedra. Un impresionante espectáculo visual que te traslada a la época feudal del Japón.

Aunque la mayoría de los edificios del palacio no están abiertos al público, los grandes jardines que lo rodean son una visita obligada. Pasear por ellos te permitirá disfrutar de la belleza y la serenidad del entorno. Además, podrás contemplar la exquisita arquitectura japonesa y sus jardines zen.

Aunque el acceso al interior del palacio es limitado y solo se permite durante dos días al año, el día del cumpleaños del Emperador y el día de Año Nuevo (2 de enero), no dejes pasar la oportunidad de disfrutar de esta maravilla arquitectónica y cultural de Japón. ¡No te arrepentirás!